Resumen:
Las escuelas rurales en Colombia son el reflejo de todas las condiciones del país. En las pequeñas sedes unitarias se concentra la inequidad y el olvido, las resistencias y los ejercicios comunitarios en los lugares más lejanos de la educación. Esta investigación es una ventana que se abre para entender lo que sucede cuando una escuela rural es cerrada. Se sugieren tres momentos para leer este fenómeno uno es el cierre en su desconexión con las dinámicas cotidianas y vitales de una comunidad, el segundo es en el reconocimiento de memorias de esperanza y dolor cuando re-vive la escuela. Y por último la escuela como tejedora de encuentros, proyectos y vida colectiva.