Resumen:
En el presente trabajo se aborda el problema de la intimidación escolar como
una práctica de violencia sistemática, intencional y sostenida en el tiempo que
históricamente se ha expresado y se expresa en relaciones de dominación y
negación del otro, haciendo énfasis en que este escenario de intimidación, se
encuentra vigente en la actualidad no solo a partir de la agresión entre los diferentes
actores que hacen parte de las dinámicas sociales que acontecen en los contextos
escolares, lo que podría entenderse como un síntoma o una señal evidente de la
complejidad del fenómeno, sino como una forma sistemática de sometimiento del
otro, desde el interés de la sociedad y del sistema por perpetuar pensamientos
disciplinados y homogéneos que facilitan el ejercicio de opresión, manteniéndonos
sujetados frente a la posibilidad de transformar la realidad, de emanciparnos y
vislumbrar otros modos de acontecer en el presente.
En tensión con lo anterior, se busca afirmar un lugar de enunciación para
pensar la intimidad y la alteridad como horizontes alternativos a las prácticas de
intimidación en la Escuela. La intimidad concebida como aquello del yo que
difícilmente se hace explícito a los demás, que incluso se presenta como un misterio
para sí mismo, siendo lingüísticamente inexpresable, susceptible de encontrarse en
aquello que se calla que, sin embargo, se construye en la relación cercana, profunda
y cotidiana con el otro, que se comunica en los silencios y los actos sin voz (Pardo,
1996); y la alteridad configurada como la condición única del sujeto, aquello que lo
hace irreductible, la posibilidad de ser otro y de tener la capacidad de descubrirse a sí mismo a partir de la divergencia de aquellos que también existen o que lo rodean,
que lo afectan, que por ende lo hacen único y singular.