Abstract:
Las emociones han jugado un papel fundamental en la evolución a lo largo del tiempo. Han propiciado el desarrollo filogenético durante la evolución de las especies, y también han desempeñado un papel crucial en el desarrollo ontogenético a través de las diferentes etapas evolutivas que el ser humano atraviesa desde su nacimiento (Troya, 2013). Este papel, más allá de ser meramente adaptativo, tiene una función interactiva ya que permite al ser humano relacionarse con él mismo, los demás y la vida en general. Las emociones son respuestas globales en donde intervienen componentes fisiológicos, cognitivos y conductuales (Kolb, 2005). Watson, plantea que la emoción representa una reacción fisiológica ante un sistema compuesto de experiencia subjetiva, conformado por componentes expresivos como las expresiones faciales y la respuesta comportamental (Jodra, 2015). Así, a lo largo del estudio de las emociones, han surgido una serie de líneas teóricas que abordan este proceso psicológico desde diferentes perspectivas, por medio de modelos teóricos muy diversos.