Resumen:
El TDAH representa uno de los trastornos infantiles considerado como problema de salud y educativo a nivel departamental y nacional, dada su cronicidad e impacto en el éxito académico. Según datos socio demográficos en Colombia, se encuentra que el promedio de edad para la aparición del trastorno es a los 9 años (Montoya y cols., 2011), etapa en la que el rendimiento escolar requiere el desarrollo de habilidades de pensamiento ejecutivo-conceptual que posibiliten la construcción de aprendizajes con base en un pensamiento lógico, mismo que requiere de habilidades de memorización basadas en adecuadas estrategias de organización de la información semántica propia de los contenidos académicos. La disfuncionalidad de las funciones ejecutivas, señalada frecuentemente como el núcleo neuropsicológico del TDAH, estaría a la base de las dificultades para el desarrollo y consolidación de la memoria, encargada de registrar, elaborar, almacenar, recuperar y utilizar la información (Soprano, 2007, p. 1). Sin ésta capacidad de almacenamiento las actividades de la vida diaria se convertirían en un caos, imposibilitando entre otras funciones, la percepción adecuada de las situaciones, el rememorar situaciones del pasado que contribuirían a resolver los problemas en el presente y a planificar el futuro. Sin embargo, usualmente la memoria se estudia como una habilidad ligada a la cantidad de estímulos que se logra recordar, al margen de habilidades tal vez más importantes, como las estrategias de organización utilizadas, las cuales dependen de las funciones ejecutivas.