Resumen:
“El consumo de sustancias psicoactivas plantea enormes retos para las sociedades actuales, independientemente del grado de desarrollo alcanzado por ellas, pues las consecuencias individuales y sociales derivadas del mismo, hacen tambalear el desarrollo social y económico de un país, al afectar de manera directa e indirecta el capital social, el capital humano, la salud pública, el bienestar y la seguridad de un número cada vez mayor de niños, niñas, jóvenes y adultos cuyo futuro se compromete seriamente por cuenta de la producción, el tráfico, el comercio y el consumo (…)2”. Como fenómeno social, ha tenido cambios importantes a lo largo del tiempo, hecho que ha modificado las maneras de comprender los mecanismos de afrontamiento, así como la identificación que se realiza de los consumidores de spa, pasando de una perspectiva en la cual estos fueron asumidos como criminales, a una en la que son considerados enfermos.