Resumen:
Durante mucho tiempo se pensó que los procesos educativos de las personas no oyentes deberían hacer énfasis en el desarrollo de las habilidades comunicativas desde el lenguaje oral, perspectiva que negó entonces sus posibilidades de utilizar la lengua de señas como su lengua materna. Sólo a partir de la década de los sesenta, cuando se realizaron los primeros estudios linguisticos de la lengua de señas y se le reconoció su estatus de lengua al cumplir las mismas fuciones que las demás lenguas, se legitimaron en los diferentes países experiencias pedagógicas donde la lengua de señas se convirtió en el mediador comunicativo de las diversas interacciones didácticas y se le brindó a las personas no oyentes la posibilidad de consolidar su forma particular de comunicación...