Resumen:
Este documento pretende dar cuenta de la importancia de las prácticas estudiantiles en la educación superior, asumidas como un poder transformador y constructor de paz que en ocasiones se oculta en los propósitos académicos pero también florece como experiencia social. Una de las contribuciones de las prácticas estudiantiles es la generación de diálogos constantes entre los saberes disciplinares y los contextos reales de los territorios en el que se desarrollan, además de hacer evidente el aporte que la educación superior realiza para construir formas justas y pacíficas de convivencia.
Las Universidades y en general la educación, son las llamadas a formar los profesionales que asumirán los nuevos retos, en particular en lo que atañe a formar la conciencia y el actuar político de sus estudiantes y de sus profesionales como apoyo constante a la construcción y consolidación de la paz en Colombia.