Resumen:
En el estudio realizado por Hernández (2002) en el cual encontró que la población que realiza en baja proporción actividades fuera de su trabajo, se ubican en los niveles más altos de la escala de agotamiento emocional, siendo este un factor de riesgo hacía la adquisición del síndrome. Adicional a esto, se considera que las personas se sienten saturadas emocionalmente por su trabajo con relación a la proximidad y los lazos que se generan con los pacientes debido a su condición crónica, un elemento diferenciador en este estudio es que las mujeres son quienes presentan en mayor medida el síndrome.